Categoría: Oraciones sobre las lecturas del domingo

ORACIÓN INSPIRADA EN LAS LECTURAS DEL DOMINGO 15.09.2024. TIEMPO ORDINARIO 24. CICLO B

EL NOMBRE SOBRE TODO NOMBRE

El amado por Dios
El amado por los hombres
El arraigado que nos arraiga
El buen pastor sean como sean las ovejas
El cordero de Dios que grita, suda, llora antes de su final
El de cimiento firme
El de la familia de Dios
El enérgico con ternura
El maestro lleno de sabiduría
El manso y humilde de corazón
El que abaja para que los hombres nos alcemos hacia Dios
El que se alegra de que seamos humanos que buscan a Dios
El que asume lo que es humano, demasiado humano
El que destapa nuestra contradicción por nuestros egoísmos
El que es camino de sanación para todos
El que es la persona cabal y nos invita a la mejor autenticidad humana
El que es la vida más allá de cualquier esperanza meramente humana
El que es nuestro yo más profundo, más real, más vital
El que es signo de contradicción frente a toda clase de egoísmos, narcisismos, maldades.
El que no se calla ante la deshumanización de los más débiles
El que nos invita al camino de la vida día a día, palabra a palabra, obra a obra
El que nos saca de nuestras casillas para que crezcamos en fe, esperanza y caridad.
El que pone compañía donde hay desolación
El que pone esperanza más allá de cualquier desolación
El que pone fe, siempre, siempre, siempre
El que pone luz en nuestras cegueras, en nuestras sombras, en nuestras miserias
El que redime al mundo con una misericordia misteriosa e infinita
El que sana lo que hay de oscuro en el alma de cualquier ser humano
El que nos reta para salir de nuestra tendencia a la autocomplacencia
El que se conmueve ante la humanidad doliente
El que se hizo metáfora fascinante y seductora
El que se hizo poesía que toca los corazones de los hombres sensibles a la santidad
El que se hizo puente entre la santidad de las santidades y la humana humanidad
El que siembra paz constantemente
El sufre constantemente el riesgo de la deformación por los idólatras
El valiente que nos llama a la audacia

El nombre sobre todo nombre.

Amen. Aleluya.

carmeloampelio@gmail.com raspasdefuego.blogspot.com/

ORACIÓN INSPIRADA EN LAS LECTURAS DEL DOMINGO 8.09.2024. TIEMPO ORDINARIO 23. CICLO B

ÁBRENOS

ÁBRENOS

Ábrenos, Señor al crecimiento personal y espiritual:
que no tengamos miedo a los desafíos
que el cuidado de la vida nos pone delante
en estos extraños tiempos que nos tocan vivir.
Ábrenos la mente y el corazón
Ábrenos los horizontes y nuestra capacidad de empatía.
Ábrenos… porque estamos enraizados en ti.

Ábrenos, Señor, al camino del Reino y a la mejora constante:
que descubramos día a día,
momento a momento,
lo que de verdad nos importa:
tu presencia, tu compañía, tu salvación…
Tu vida. Tu reino de vida.
Ábrenos el entendimiento y la sensibilidad.
Ábrenos a la novedad y a la compasión con las personas que nos encontramos en la vida.
Ábrenos… porque estamos implantados en ti.

Ábrenos, Señor, a la novedad constante
que tu espíritu infunde
en las entrañas de los mejores seres humanos
de la humanidad con la que compartimos historia, dolores y alegría.
Ábrenos constantemente a la voluntad de verdad y al cultivo del bien.
Ábrenos a la receptividad y al deseo sincero de comunión.
Ábrenos… porque estamos enraizados en ti.

Ábrenos, Señor, a la exploración y al cultivo
de los nuevos caminos y métodos
que los mejores de la humanidad desarrollan
en su peregrinar como humanos
buscando desplegar los mejores dones que tienen.
Ábrenos a las nuevas navegaciones
que intuimos ya presentes
en tantos y tantos seres humanos
que caminan a nuestro lado.
Ábrenos a la confianza en las energías
de los dinamismos de la humanidad
que cuidan, que construyen, que crean belleza.
Ábrenos… porque estamos implantados en ti.

Ábrenos, Señor, a la diversidad, a la inclusión, a la acogida.
Ábrenos a la diversidad que nos enriquece.
Ábrenos a la inclusión que nos hace crecer.
Ábrenos a la acogida en la mesa del Reino.

Ábrenos, Señor a tu santidad.
Ábrenos, Señor a tu justicia.

Ábrenos, Señor: que seamos aprendices constantes de tu Reino.
Ábrenos, Señor, que seamos audaces sembradores de semillas de tu reino.

¡Que se cumpla en nosotros tu voluntad!

Amén. Aleluya.

carmeloampelio@gmail.com raspasdefuego.blogspot.com/

ORACIÓN INSPIRADA EN LAS LECTURAS DEL DOMINGO 1.09.2024. TIEMPO ORDINARIO 22. CICLO B

LÍBRANOS

Líbranos, Señor, de la avidez constante que nos impide vivir centrados en el Reino.
Haznos austeros, ligeros, sobrios…
Haznos testigos de la simplicidad evangélica.

Líbranos, Señor, de nuestras obsesiones, de nuestros prejuicios, de nuestros sesgos.
Haznos puros de corazón, puros de mirada y de intención…
Haznos testigos de la verdad de tu evangelio, de tu verdad.

Líbranos, Señor, de la idolatría de la seguridad.
Haznos personas que se dejan sorprender por la realidad, tan rica, tan fascinante, tan novedosa…
Haznos testigos de los signos de tu Reino que avanza en todos los niveles de la realidad.

Líbranos, Señor, de creer que por opinar llevamos razón.
Haznos abiertos de mente, sabios discretos que saben captar lo mejor de cada persona…
Haznos testigos de la vida nueva que se expande en la historia de la humanidad.

Líbranos, Señor, de querer controlar lo que pasa a nuestro alrededor.
Haznos abiertos a la cooperación, buenos compañero de equipo, servidores de lo que necesiten los demás…
Haznos testigos de la honda vinculación espiritual de todos los seres humanos.

Líbranos, Señor, de creernos mejores que los demás.
Haznos personas que se conocen realmente bien y con honestidad.
Haznos testigos de la fragilidad humana sanada, redimida, reforzada por tu presencia constante en lo más interior de cada ser humano.

Líbranos, Señor, de juzgar lo que vemos a nuestro alrededor.
Haznos empáticos, misericordiosos, compasivos.
Haznos testigos de la gran experiencia de que quien anda en amor ni cansa ni se cansa.

Líbranos, Señor, del ansia de poder.
Haznos humildes de verdad, sembradores de confianza, defensores de la igualdad de todos los seres humanos.
Haznos testigos de la nueva humanidad inaugurada con tu poder santo.

Líbranos, Señor, del perfeccionismo.
Haznos artesanos de la vida y de las relaciones diarias con los demás.
Haznos testigos del poder de santidad de lo sencillo, de lo cotidiano, de lo pequeño.

Líbranos, Señor, de la tendencia a la posesividad de las personas a las que decimos amar.
Haznos amigos, compañeros, hermanos.
Haznos testigos del nuevo amor inteligente y libre que siembra semillas de tu Reino.

Líbranos, Señor, de creernos más listos de lo que de verdad somos.
Haznos personas con mente de principiante, mente de aprendiz constante, mente de explorador en busca nuevas y mejores formas de decir y de vivir la verdad, tu verdad.
Haznos testigos de la gran posibilidad de conversión que todos tenemos al acercarnos a tu amor, a tu amor sobre todo amor.

Líbranos, Señor, de manipular a los demás.
Haznos sencillos, transparentes, bondadosos.
Haznos testigos de que todos somos capaces de pureza de corazón en la vida que vivimos.

Líbranos, Señor, de las críticas demoledoras.
Haznos creativos en el bien, cuidadores del buen ambiente a todos los niveles, creadores de confianza cotidiana.
Haznos testigos de que son posibles nuevas relaciones, nuevas instituciones sociales, nuevas sociedades y culturas donde los seres humamos podamos vivir con seguridad y en paz.

Líbranos, Señor, de los sentimientos de recelo, de resentimiento o de venganza.
Haznos seres humanos que saben perdonar de verdad, que saben dar nuevas oportunidades, que saben que el perdón libera y nos ayuda a crecer como seres humanos.
Haznos testigos del amor de Dios que es más hondo, más fuerte y más intenso que cualquier sombra humana.

Líbranos, Señor, de nuestras manías, de nuestras cegueras, de nuestras distorsiones.
Haznos gentes de limpia mirada, de limpia intención, de limpia presencia.
Haznos testigos de la nueva inocencia que irradia calidad de vida humanizada y humanizante.

Líbranos, Señor, del pesimismo.
Haznos personas de esperanza, de optimismo, de luz a pesar de los pesares.
Haznos testigos del poder de tu presencia que anuncia que lo mejor está por llegar.

Líbranos, Señor, de los miedos irracionales.
Haznos personas sensatas, realistas, seguras de sí mismas como seres de fe, de bondad y de inteligencia.
Haznos testigos de la fascinante y misteriosa verdad que se enraíza en ti de que todo tiene un propósito de amor.

Líbranos, Señor, de nuestros arrebatos de ira.
Haznos mansos, pacíficos, pacientes.
Haznos testigos de que todos y cada uno de los seres humanos podemos superar lo dañino con la elevación hacia el bien.

Líbranos, Señor, de nuestras tristezas sin fundamento.
Haznos seres que se dejan purificar, se dejan mejorar, se dejan cuidar.
Haznos testigos de que nuestra debilidad tu amor y tu presencia nos hacen fuertes.

Líbranos, Señor, de nuestra constante necesidad de aprobación ajena.
Haznos seres muy conscientes que somos capaces de vivir sin que nada ni nadie pueda alterar la paz de corazón.
Haznos testigos de que sólo con tu mirada amorosa nos basta para caminar con seguridad en la vida.

Líbranos, Señor, de no creer que todo tiene un sentido de amor desde la sensibilidad de tu Reino.
Líbranos, Señor, de creer que el azar juega en nuestra contra.
Líbranos, Señor, de no creer que estamos llamados y capacitados para la comunión.
Líbranos, Señor, de creer que somos seres solitarios y arrojados en la realidad.
Líbranos, Señor, de no creer que la verdad enraizada en ti nos hace libres.
Líbranos, Señor, de creer que somos muy autosuficientes a la hora de vivir.
Líbranos, Señor, de nuestras necedades.
Líbranos, Señor, de nuestras ingratitudes.
Líbranos, Señor, de nuestro egocentrismo.

Haznos, Señor, hombres y mujeres que irradian confianza en la vida.
Haznos, Señor, hombres y mujeres de fe honda, auténtica, humanizante.
Haznos, Señor, hombres y mujeres que irradian esperanza en la vida
Haznos, Señor, hombres y mujeres de alegría vibrante, entusiasmada, serena.
Haznos, Señor, hombres y mujeres que irradian amor a la vida.
Haznos, Señor, Señor, hombres y mujeres que cuidan la vida, toda la vida, en todo lugar.

Haznos Señor, hombres y mujeres de santidad y justicia
al servicio de la humanidad allí donde nos encontremos.

Amén. Aleluya.

carmeloampelio@gmail.com raspasdefuego.blogspot.com/

ORACIÓN INSPIRADA EN LAS LECTURAS DEL DOMINGO 25.08.2024. TIEMPO ORDINARIO 21. CICLO B

PRESENCIA

Tú, Presencia como el aceite en una comida sabrosa.

Tú, Presencia como el agua que calma la sed de nuestro corazón.

Tú, Presencia como el alimento inacabable.

Tú, Presencia como el amor sobre todo amor.

Tú, Presencia como el ancla en nuestras tormentas.

Tú, Presencia como el artesano de lo mejor que nos puede pasar.

Tú, Presencia como el bálsamo suave para nuestras heridas.

Tú, Presencia como el brío de toda maduración de las mejores capacidades humanas.

Tú, Presencia como el desencadenante de todos los deseos de cuidar la vida, toda vida, en todo lugar.

Tú, Presencia como el destello que nos hace comprender lo importante de la realidad.

Tú, Presencia como el fermento en nuestra masa.

Tú, Presencia como el fuego que arde en el corazón de todo ser humano.

Tú, Presencia como el fulgor en nuestro más íntimo interior.

Tú, Presencia como el fundamento ante la dureza de la vida.

Tú, Presencia como el horizonte de confianza.

Tú, Presencia como el hoy de Dios.

Tú, Presencia como el impulso de toda buena acción.

Tú, Presencia como el misterio insondable de nuestra contemplación.

Tú, Presencia como el olor del pan recién hecho en casa.

Tú, Presencia como el perdón sobre todo perdón.

Tú, Presencia como el poder de lo real

Tú, Presencia como el que limpia nuestro corazón.

Tú, Presencia como el que nos cuida por amor, por amar.

Tú, Presencia como el que nos enseña a mirar con Dios mira a los seres humanos.

Tú, Presencia como el rocío en los feraces campos de cultivo.

Tú, Presencia como el sabor de la comida de nuestra infancia.

Tú, Presencia como el viento de las marismas.

Tú, Presencia como el vigor de todas las energías del universo.

Tú, Presencia como la brisa del atardecer que nos llena de esperanza.

Tú, Presencia como la caricia de una madre.

Tú, Presencia como la chispa de lo divino en toda experiencia de la belleza.

Tú, Presencia como la clave de la paz en la convivencia humana.

Tú, Presencia como la compañía infalible en nuestra humanidad.

Tú, Presencia como la esencia de la armonía de la comunión de mentes y corazones.

Tú, Presencia como la estrella polar en nuestros desiertos.

Tú, Presencia como la fuente de toda la belleza de la vida.

Tú, Presencia como la fuerza de nuestros compromisos.

Tú, Presencia como la garantía de todo bien.

Tú, Presencia como la gracia de toda la gracia.

Tú, Presencia como la intuición que hace visible lo mejor de la humanidad.

Tú, Presencia como la luz del amanecer para las aves del campo.

Tú, Presencia como la palabra de aliento permanente.

Tú, Presencia como la raíz de lo mejor de cada uno.

Tú, Presencia como la sal de nuestra vida cotidiana.

Tú, Presencia como la salvación más allá de cualquier intuición humana.

Tú, Presencia como la savia en los árboles de toda especie.

Tú, Presencia como la serenidad en nuestros desconciertos.

Tú, Presencia como la sonoridad de los silencios creyentes.

Tú, Presencia como la ternura frente a la amargura de la existencia.

Tú, Presencia como la vitalidad de toda vida.

Tú, Presencia como las semillas de vida frente al nihilismo.

Tú, Presencia como lo más humano de nuestra humanidad.

Tú, Presencia como lo más real de la realidad.

Tú, Presencia como solo sabe estar Dios entre los hombres.

Tú, Presencia donde estamos implantados.

Tú, Presencia donde somos, nos movemos y existimos.

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ORACIÓN INSPIRADA EN LAS LECTURAS DEL DOMINGO 18.08.2024. TIEMPO ORDINARIO 20. CICLO B

PALABRAS DE VIDA ETERNA

Entre nuestros naufragios biográficos,
Tú, la Palabra de la vida eterna.
Aunque, aún, muchas veces sea de noche y tengamos frío.

Ante la disolución en el nihilismo,
Tú, la Palabra que fundamenta y da esperanza.
Aunque, aún, muchas veces pareciera que vivamos desvertebrados.

Entre las nieblas heladas de la soledad,
Tú, la Palabra de la comunión de vida.
Aunque, aún, muchas veces nos sintamos solos, muy solos.

Ante el absurdo que endurece la mirada,
Tú, la Palabra luz de luz.
Aunque, aún, muchas veces las palabras de los que nos decimos creyentes nos desconcierten.

Entre tanto miedos de cuerpo y alma,
Tú, la Palabra que acoge con infinita ternura.
Aunque, aún, muchas veces nos sintamos perdidos en el desconcierto ruidoso que vivimos.

Ante la irracionalidad que busca manipularnos,
Tú, la Palabra que nos indica el camino de la cordura y las certezas.
Aunque, aún, muchas veces nos dominen los diablos de las incoherencias.

Entre las soledades del fracaso vital,
Tú, la Palabra de la presencia que salva al final de los finales.
Aunque, aún, muchas veces nos sentimos especialmente vulnerables.

Ante el endurecimiento del alma,
Tú, la Palabra que nos anuncia la ternura sin fin.
Aunque, aún, muchas veces no sabemos ni amar ni dejarnos amar.

Entre tanto y tanto ruidos de malogrados,
Tú, la Palabra que nos rescata de este áspero mundo.
Aunque, aún, muchas veces nos duele demasiado vivir los tiempos que nos tocan.

Ante tanta insensibilidad,
Tú, la Palabra que es el amor primero y último.
Aunque, aún, muchas veces apartamos la mirada ante las necesidades de los que tenemos cerca.

Entre la selva de narcisismos,
Tú, la Palabra que nos enraíza en la autenticidad.
Aunque, aún, muchas veces nos disfrazamos en el circo de las vanidades que nos circunda.

Ante tanto sinsentido,
Tú, la Palabra que nos indica el norte.

Entre el cansancio cotidiano,
Tú, la Palabra que nos descansa.

Ante las patrañas omnipresentes,
Tú, la Palabra que nos reviste de verdad.

Entre las quiebras del lenguaje,
Tú, la Palabra auténtica.

Entre la aceleración desquiciada,
Tú, la Palabra que nos centra en lo esencial,

Entre tanta avidez insaciable,
Tú, la Palabra que nos alimenta para siempre.

Entre el caos de la afectividad,
Tú, la Palabra que nos ama tal cual somos.

Ante tantas paparruchas,
ante tanta relación tóxica,
ante tanta mentira rampante,
ante tanta ambición sin escrúpulos,
ante tanto “sálvese quien pueda”,
ante tanta codicia normalizada,
ante tanta falsificación,
ante tanta injusticia…

Tú, Señor Jesús,
la Palabra que nos acompaña,
la Palabra que nos orienta,
la Palabra que nos humaniza,
la Palabra que nos diviniza.

Amén.
Aleluya.

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ORACIÓN INSPIRADA EN LAS LECTURAS DEL DOMINGO 11.08.2024. TIEMPO ORDINARIO 19. CICLO B.

SED BUENOS

Señor Jesús, quisiéramos ser constructores de tu reino.
Que hablemos bien de los demás.
Que reaccionemos con creatividad e inteligencia ante la negatividad.
Que colaboremos con el bien que nos encontremos.
Que seamos síntoma de la vida nueva que ya ha empezado.

Señor Jesús, quisiéramos ser sembradores de tu vida.
Que tengamos pureza de mirada.
Que seamos persistentes en la alegría que nace de la confianza.
Que cuidemos la armonía en todos los ámbitos de nuestra vida.
Que seamos un indicio de tu reino que ya ha comenzado.

Señor Jesús, quisiéramos ser hombres y mujeres para los demás.
Que nuestro propósito en la vida sea la santidad y a justicia.
Que la amabilidad sea una constante en nuestras presencias entre los demás.
Que seamos personas que están abiertas y escuchan al que tengamos delante.
Que hablemos como un signo de eficaz de tu presencia en el mundo.

Señor Jesús, quisiéramos ser personas que generan paz y serenidad habitualmente.
Que mostremos gratitud constantemente.
Que nos mostremos humildes en el éxito y el fracaso.
Que mostremos desapego real frente a tanta y tanta avidez en el tener, en el aparentar.
Que seamos una expresión de lo mejor de la humanidad.

Señor, no dejes que el mundo nos endurezca.
Señor, no dejes que el dolor nos haga odiar.
Señor, no dejes que la amargura nos robe la dulzura.

Señor, que a pesar de los pesares
nos comportemos como hijas e hijos de Dios
porque creemos que este mundo es un lugar hermoso.

Amén.
Aleluya.

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ORACIÓN INSPIRADA EN LAS LECTURAS DEL DOMINGO 04.08.2024. TIEMPO ORDINARIO 18. CICLO B.

NO TENDRÁ SED JAMÁS

… NO TENDRÁ SED JAMÁS

Señor Jesús, Tú eres la presencia de la Vida,
el fundamento de nuestra existir,
la garantía, misteriosa, de que la muerte material
es palabra penúltima a pesar de los pesares.

Señor Jesús, Tú eres la presencia del don de la Vida
que nos confirma que ni la decadencia
ni la destrucción
definen nuestras breves biografías humanas,
a veces demasiado humanas,
a veces demasiado rotas,
a veces demasiado acortadas.

Señor Jesús, Tú eres la presencia
del misterio de la Vida
en nuestro caminar,
en nuestro transcurrir,
en nuestro convivir
con tantos huecos de soledad,
con tantas preguntas que nos dañan
y no sabemos responder,
con tanta sed que no encuentra alfaguara
en las extrañas ciudades
que nos toca soportar.

Señor Jesús.
Ante la pérdida inesperada,
Tú, presencia que consuela.
Ante la inseguridad de lo desconocido,
Tú, presencia que regala esperanza.
Ante el dolor y la impotencia,
Tú, presencia fuerte que nos sostiene.
Ante la oscuridad y el no saber,
Tú, fuente de luz suficiente que nos puede iluminar.
Ante la labilidad de nuestra condición,
Tú, energía de fondo que recrea y enamora.
Ante las inevitables heridas mortales,
Tú, fuente constante de serenidad primera y última.
Ante el miedo que nos congela los huesos,
Tú, el resucitado nos convocas al Reino de la Vida.

Sí, Señor, creemos que Tú eres el Cristo.
Creemos que eres la Resurrección y la Vida,
a pesar de las amputaciones que nos arrugan
el rostro,
las ganas de vivir
y el corazón.

Porque, al fin,
en la raíz,
en lo hondo,
en el silencio de los silencios
Tú, amor sobre todo amor.
Tú, luz desde dentro,
desde lo mejor fascinante de nosotros.
Tú, Vida sobre toda vida.
Tú, lumbre
que fundes tu fuego con nuestro fuego.

Señor Jesús
envíanos tu Espíritu
para que sigamos confiando en la realidad,
en ti,
en la vida,
siempre.
Aunque la sombra de la muerte
nos arañe, infectándonos,
paralizándonos,
mutilándonos.

Señor Jesús.
tenemos fe.
Pero aún sufrimos.
¡Auméntanos la fe!
¡Auméntanos la confianza!
¡Auméntanos lo mejor que hay en nosotros,
tu presencia que nos hace vivir,
tu presencia que nos humaniza,
tu presencia, Señor Jesús, que nos santifica!

Tú, Señor Jesús, que tuviste
tanta sed como nosotros.
Tú, Señor Jesús, que tuviste
tanto miedo como nosotros.
Tú, Señor Jesús, que rezaste
como pudiste.
Como nosotros.
Hoy.
En estos extraños tiempos
por los que nos toca transcurrir.

raspasdefuego.blogspot.com/

ORACIÓN INSPIRADA EN LAS LECTURAS DEL DOMINGO 28.07.2024. TIEMPO ORDINARIO 17. CICLO B.

EL CRISTIANISMO SE COME.

Señor Jesús, por ti sabemos que los cristianos estamos llamados a dar de comer a los que tienen hambre y sed desde hace demasiados siglos, desde hace demasiadas injusticias, desde hace demasiadas barbaries.

Señor Jesús, nos llamas a acompañar a los que tienen hambre y sed de sentido, de significado, de sensibilidad.

Señor Jesús, estamos llamados a alimentar a los que viven en hambre y sed de humanidad, de justicia, de santidad.

Señor Jesús, por ti sabemos que estamos llamados a servir a los heridos en cuerpo y alma… que estamos llamados a cuidar al que es vulnerable y frágil… que estamos llamados a estar a favor de la vida humana de toda vida humana siempre, sin excepción, esperanzadamente a pesar de tanto vacío, a pesar de tantos traumas, a pesar de tanta dureza de corazón.

Señor Jesús, que seamos audaces y valientes en esta misión de proteger a los desfavorecidos, a los que están perdidos, a los sufrientes sea cual sea su dolor, sea cual sea su herida, sea cual sea la barbarie que sufran en medio de estos tiempos que nos amedrentan, nos asustan, nos paralizan.

Señor Jesús, no hay recetas infalibles para el cuidado de la vida en esta cultura enrarecida que nos cansa, nos desconcierta, nos aturde.

Señor Jesús,  no hay fórmulas mágicas para el cuidado de la fraternidad en esta cultura tan individualista. tan polarizada, tan poco razonable.

Señor Jesús, no hay tutoriales simplones para los caminos de crecimiento humano, para los caminos de crecimiento religioso, para los caminos de crecimiento espiritual en estos tiempos que nos intimidan, nos impregnan de miedo, nos sobrepasan.

Señor Jesús, por ti sabemos que no hay atajos. Por ti sabemos que se trata de darse, se trata de desvivirse, se trata de compartir lo que somos, lo que tenemos, lo que deseamos de todo corazón.

Señor Jesús, se trata de llevarte, de decirte, de sembrarte, de encarnarte con creatividad, con pasión, con autenticidad.

Sabemos que es alimento palpable para la vida, para la libertad, para la comunión a través de nuestras presencias y nuestras acciones, a través de nuestras palabras y nuestras interpretaciones, a través de nuestros trabajos y nuestras familias.

Señor Jesús, por ti sabemos que el cristianismo se come, se deja comer y da de comer…

Señor Jesús, haznos servidores amables, humildes, incluyentes. Haznos alimento de la nueva humanidad que contigo empezó y que hunde sus raíces en el inicio de los tiempos… Haznos síntomas de la vida nueva que contigo comenzó y que se plenificará misteriosamente, amorosamente, santamente al final de los tiempos.

Señor Jesús, haznos como Tú, servidores de la vida.

carmeloampelio@gmail.com

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ORACIÓN INSPIRADA EN LAS LECTURAS DEL DOMINGO 21.07.2024. TIEMPO ORDINARIO 16. CICLO B.

TE PREOCUPAS POR NOSOTROS.

Señor Jesús, sabemos que te preocupas de nosotros.
Misteriosamente,
tu presencia,
tu impulso,
tu comunión
nos fundamenta
y nos hace arder en tu amor,
ese amor que es la energía infinita del universo.

Señor Jesús, eres la luz que puede saciar
las mentes y los corazones de todos los seres humanos
en su sed de santidad y justicia.
Hoy necesitamos mucha lucidez y nuevos caminos
para crecer en mística y en fraternidad
en estos tiempos extraños que nos tocan vivir.
Danos valentía para abrirnos a la creatividad y a la libertad,
a la entrega y a la confianza
entres tantas cruces de caminos absurdos y oscuros.

Señor Jesús,
protégenos frente al desánimo
con tu fuerza de vida.
Protégenos frente a los miedos
con tu valentía profética.
Protégenos frente a nuestros autoengaños
con tu exigencia de autenticidad,
con tus preguntas que nos atraviesan el corazón,
con tu fuego santo que nos purifica.

Señor Jesús,
entre tantos corazones rotos y mentes desconcertadas,
entre tantos desfondamientos y soledades,
entre tantos sufrimientos y tensiones
sabemos que eres el mejor refugio posible.
Señor, transfórmanos en personas acogedoras
que transmiten paz y confianza en el ser humano
y en sus procesos de crecimiento y maduración.
a pesar de tantos pesares en contra.

Señor Jesús,
despierta con poder la fuente de vitalidad inmensa
que es tu presencia
en nuestra intimidad más humana.

Señor Jesús, haz que seamos las manos que cuidan,
la mirada que siembra misericordia,
la fraternidad que hace que surja lo mejor de cada uno.

Señor Jesús,
esperanza sobre toda esperanza,
luz de toda luz,
amor sobre todo amor
a tiempo y a destiempo…
regenera nuestras fragilidades e incertidumbres
en manantiales de vida,
en energía creativa,
en increíbles capacidades de ternura y cuidado
que es lo que el mundo necesita.

Señor Jesús, por ti podemos
esforzarnos con sentido,
rezar con autenticidad,
cumplir nuestra misión
para la que nos eliges:
ser auténticamente seres humanos
para los demás.

Amén. Aleluya.

carmeloampelio@gmail.com

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ORACIÓN INSPIRADA EN LAS LECTURAS DEL DOMINGO 14.07.2024. TIEMPO ORDINARIO 15. CICLO B.

ENVIADOS

Señor Jesús, nos envías a la misión.
Siempre lo haces: nos quieres luz del mundo.
Señor Jesús, somos Iglesia: somos de los tuyos.
Somos misioneros.
¡Que seamos síntoma de tu presencia que sana y genera confianza!
¡Que seamos testigos de la santidad y de la justicia!

Hoy, intuimos que hay una sed de refugio, de silencio, de santidad
en los corazones de muchos de nuestros contemporáneos.
Hay mucha desorientación y mucha huida de las huidas.
Hay mucha tristeza de fondo.
Hay mucha soledad.
Hay mucha biografía íntima no escuchada, no querida, no sanada.
Señor Jesús, nos encontramos con tantos y tantos muy dañados en su corazón.
¡Que seamos síntoma de tu presencia que sana y genera confianza!
¡Que seamos testigos de la santidad y de la justicia!

Señor Jesús, el mundo quiere autenticidad,
quiere que hablemos sencilla y sinceramente de ti,
de tu presencia en nosotros y en la realidad,
de tu poder de sanación y de liberación
y de tu fascinante rostro de santidad.
El mundo exige y espera de nosotros
sencillez de vida,
vida de oración,
ardiente caridad para con todos,
pero especialmente para los pequeños y los pobres,
los caídos del sistema,
los nadie de nuestras ciudades,
los migrantes,
víctimas de tantos sufrimientos evitables.
¡Que seamos síntoma de tu presencia que sana y genera confianza!
¡Que seamos testigos de la santidad y de la justicia!

Señor Jesús, nos quieres radicalmente alternativos:
centrados en lo esencial,
humildes,
fraternales,
desapegados de sí,
austeros,
transparentes,
veraces,
cabales…
personas para los demás
que generan nuevas formas de convivencia,
nuevas formas de economía,
nuevas formas de familia,
nuevas formas de educación,
nuevas formas de acogida,
nuevas formas de política…
nuevas formas de Iglesia.
¡Que seamos síntoma de tu presencia que sana y genera confianza!
¡Que seamos testigos de la santidad y de la justicia!

Señor Jesús, quisiéramos ser
muy humanos y muy santos,
muy novedosos y muy enraizados
en la historia de santidad de la humanidad.
¡Que seamos síntoma de tu presencia que sana y genera confianza!
¡Que seamos testigos de la santidad y de la justicia!

Señor Jesús,
marcados por tu santidad,
asidos por tu santidad,
alimentados por tu santidad
surge de nosotros
un canto de alabanza,
un canto de confianza,
un canto de alegría:
Proclama nuestra alma
tu grandeza, Señor…

carmeloampelio@gmail.com

raspasdefuego.blogspot.com/