Espíritu santo, enséñanos a afrontar los retos de la evangelización en estos tiempos caóticos.
Espíritu santo, enséñanos a ajustar el tono emocional a las exigencias del entorno.
Espíritu santo, enséñanos a atrevernos de verdad a saciar la sed que habita en nuestro corazón.
Espíritu santo, enséñanos a buscar la raíz de la vida que nos da fuerzas para cuidar la vida.
Espíritu santo, enséñanos a callar misericordiosamente ante las clericaladas de clérigos desnortados.
Espíritu santo, enséñanos a captar la lentitud del crecimiento de las semillas de esperanza.
Espíritu santo, enséñanos a compartir como lo hacen los niños en su inocencia.
Espíritu santo, enséñanos a comprender con lo mejor de nuestra sensibilidad el corazón del que sufre.
Espíritu santo, enséñanos a conocernos de verdad, de verdad de la buena ante ti.
Espíritu santo, enséñanos a controlar esos impulsos que nos alejan de ti y de los demás.
Espíritu santo, enséñanos a crecer hacia es nueva infancia abierta al amor sobre todo amor.
Espíritu santo, enséñanos a cuidar de verdad la vida, toda vida.
Espíritu santo, enséñanos a cultivar nuestra inteligencia ofreciendo palabras que den esperanza.
Espíritu santo, enséñanos a decir sí como María y los grandes santos de la historia de la humanidad.
Espíritu santo, enséñanos a desear crecer en nuestra espiritualidad.
Espíritu santo, enséñanos a encontrar las palabras adecuadas que hagan sentirse en paz a los demás.
Espíritu santo, enséñanos a irradiar la paz, tu paz, la paz que sosiega los corazones rotos.
Espíritu santo, enséñanos a luchar contra cualquier sufrimiento evitable.
Espíritu santo, enséñanos a madurar como creyentes que quieren de verdad evangelizar.
Espíritu santo, enséñanos a manejarnos inteligente y amorosamente con la envida, propia y ajena.
Espíritu santo, enséñanos a mejorar sin prisa, sin pausa en la creación de novedades evangélicas.
Espíritu santo, enséñanos a mirar con misericordia tanta ignorancia que nos golpea la sensibilidad.
Espíritu santo, enséñanos a poner amor sin racaneos.
Espíritu santo, enséñanos a saber soportar las tensiones con fortaleza.
Espíritu santo, enséñanos a saborear la poesía de la sensibilidad de lo mejor del corazón humano.
Espíritu santo, enséñanos a salir de nuestros cajones de seguridad, de rigidez, de control.
Espíritu santo, enséñanos a ser asertivos, amorosa e inteligentemente asertivos.
Espíritu santo, enséñanos a ser conscientes del impacto emocional de lo que decimos y hacemos.
Espíritu santo, enséñanos a ser humildes, realmente humildes de pensamiento, palabra y obra.
Espíritu santo, enséñanos a ser líderes que sirven a mejorar la realidad donde vivimos.
Espíritu santo, enséñanos a ser lúcidos buscando lo mejor en estos tiempos extraños.
Espíritu santo, enséñanos a ser maestros de la empatía y de la serenidad.
Espíritu santo, enséñanos a ser perseverantes en las tareas del amor fraternal.
Espíritu santo, enséñanos a silenciarnos piadosamente ante el misterio de la vida.
Espíritu santo, enséñanos a sosegar nuestro ego en los fracasos.
Espíritu santo, enséñanos a sosegar nuestro ego en los triunfos.
Espíritu santo, enséñanos a tener la paciencia de los árboles.
Espíritu santo, enséñanos a tener un sentido del humor integrador.
Espíritu santo, enséñanos a tener una presencia que genere comunión por encima de las diferencias.
Espíritu santo, enséñanos a vivir en la sana autoestima de la humilde búsqueda de la verdad.
Espíritu santo, enséñanos el amor de los hijos de Dios.
Espíritu santo, enséñanos el silencio de los que tienen sed de santidad en su día a día.
Espíritu santo, enséñanos la belleza de la ternura que salva al mundo.
Espíritu santo, enséñanos la bondad sin límites del Padre del hijo pródigo.
Espíritu santo, enséñanos la comunión infinita de los santos de toda la humanidad.
Espíritu santo, enséñanos la entrega de los misioneros que están donde nadie quiere estar.
Espíritu santo, enséñanos la escucha sin tiempo, la escucha que sabe acoger sin canonicismos.
Espíritu santo, enséñanos la fraternidad que brota del compartir mesa y misa.
Espíritu santo, enséñanos la insensatez de los enamorados de lo santo.
Espíritu santo, enséñanos la inteligencia de los hijos de Dios.
Espíritu santo, enséñanos la justicia del Reino, la justicia de la misericordia.
Espíritu santo, enséñanos la justicia que transforma la dureza de corazón.
Espíritu santo, enséñanos la libertad de los hijos de Dios.
Espíritu santo, enséñanos la religiosidad de los hijos de Dios.
Espíritu santo, enséñanos la sabiduría de la vejez que se deja cuidar.
Amén.
Aleluya.
Aleluya.
Aleluya.